viernes, 18 de mayo de 2012

¿Qué es el TIPNIS? por Héctor Fernando Tapia

Es una región de selva amazónica denominada el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure, que se ubica en el sur del continente Americano, exactamente en Bolivia entre los Departamentos del Beni y Cochabamba. Cuenta con aproximadamente 12,363 Km2, fue declarada como Parque Nacional por el gobierno de Bolivia mediante decreto en Noviembre de 1965 y como Territorio Indígena mediante decreto en Septiembre de 1990, donde hasta el día de hoy habitan alrededor de 64 comunidades indígenas, es por eso que tiene un valor importante pues no solo es región protegida, también viven comunidades indígenas. 

       El TIPNIS es considerado el lugar con el mayor precipitación anual en América Latina, es por eso que este ecosistema juega un papel importante en la recarga de agua de los mantos acuíferos del país y de todo el continente en consecuencia. Es considerado una zona económicamente estratégica por su ubicación geográfica al localizarse casi en medio de Sudamérica, pues es el paso y conecta a la costa del Atlántico con la del Pacífico, así como al norte con el sur del continente.

        La problemática ambiental que enfrenta actualmente esta región es inminente, todo esto consecuencia de las actividades humanas que provocan la extinción de flora y fauna, el comercio ilegal de flora y fauna, la tala desmedida, el establecimiento de zonas turísticas, el asentamiento humano de comunidades agrícolas, el desarrollo de la agricultura principalmente de la hoja de coca. Pero todo esto se ve reflejado en la huella ecológica que ha dejado el ser humano en esa región del continente Americano. ¿Cuál es la problemática del TIPNIS actualmente? 

      Ya se menciono en el párrafo anterior algunas de las actividades que ocasionan el deterioro de la región del TIPNIS, sin embargo actualmente ha sido objeto de critica el fomento del desarrollo carretero en esa zona; este proyecto esta comprendido en tres partes, el primer tramo ya esta construido que va desde Villa Tunari hasta el TIPNIS en el Departamento de Cochabamba, el segundo tramo que una vez su construcción va afectar directamente esta región protegida pues parte en dos al TIPNIS y por último el tramo tres que llega hasta el Departamento del Beni en San Ignacio Moxos. 

        Pero es la construcción del tramo dos el que traería un daño irreparable y deterioro al ecosistema, todo esto bajo el argumento de que Bolivia necesita desarrollo y progreso pues es una economía en desarrollo, cabe aclarar que este desarrollo no es malo siempre y cuando se anteponga el interés general y se busque salvaguardar al TIPNIS, pues los efectos negativos ocasionados en esta región se verían reflejados también en otros países, por poner un ejemplo esta región del TIPNIS se conecta con la región amazónica de Brasil y se vería afectada también, la amenaza que vive el TIPNIS no es un problema exclusivo de Bolivia, es un problema de todos. Y a pesar de toda esta problemática que se puede vislumbrar el gobierno local es omiso pues le han presentado alternativas como bordear con la carretera el área natural, ósea sin partirla, a pesar de que la ingeniería y la arquitectura actualmente ofrece alternativas Existen intereses que influyen y han influido en la construcción de esta carretera y de otros proyectos de la misma índole, pero en el trasfondo se favorece a transnacionales y nacionales interesados en la explotación de recursos naturales, muchos de estos proyectos financiados con capital extranjero, a esto sumándole la presión internacional e influencia sobre el gobierno boliviano y los empresarios locales; un ejemplo de esto son las empresas inglesas que fomentan la construcción de las primeras líneas férreas para transportar el producto de la minería en los años treinta, otro ejemplo y que va en contra de la Constitución Política de Bolivia es un monopolio, mediante convenios exclusivos de pesca con empresas argentinas en el río Secure; y estos ejemplos es por mencionar algunos por los cuales se ve influenciado la construcción de estos proyectos carreteros. 

       Esto pasa en Bolivia, y en México con la Supervía poniente la huella ecológica que podría dejar su construcción en la zona de recarga de la Delegación Magdalena Contreras sería algo similar. Hagamos conciencia y defendamos el cuidado a las áreas verdes, pues son los pulmones del planeta. El desarrollo no esta peleado con el progreso, pues la solución es buscar un desarrollo sustentable que comprenda el crecimiento económico sin transgredir la capacidad de carga del ecosistema y esto se vería reflejado en el garantizar a generaciones futuras el beneficio de los recursos. 
       
         Y concluyó con estas palabras del Dr. Trillo Carranza, “el vivir bien no es partir el TIPNIS”. 

 Héctor Fernando Tapia

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